El ópalo es particularmente famoso por sus formas y formas muy diversas. Siempre ha sido el tema y la inspiración de muchos artistas y escritores. Originalmente, el nombre de la piedra proviene de la palabra griega Opallio, que significa "percibir un cambio de color", en referencia a su capacidad de cambiar de color al reflejar la luz. Debido a sus funciones especiales, los óvalos también se conocen como caros, y los más raros son los tonos oscuros.

La formación del ópero es un proceso completamente natural pero largo.

La sustancia en sí es en realidad una solución de agua y sílice. La sílice es transportada y absorbida de la arenisca por el agua, y luego es transportada a varios huecos y grietas. Estas grietas suelen ser fósiles que se están descomponiendo, y a veces son solo fallas naturales.

El agua que transporta estos elementos de sílice eventualmente se evaporará, dejando atrás toda la sílice.